
No soy una persona que reciba muchos mensajes de texto, y no es que no sea una persona popular sino que lo soy a mi modo.
También es cierto que no soy de la generación que habla por mensajes de texto, entre otras porque es muy demorado escribir como a mi me gusta hacerlo.
Conozco algunas pocas personas un poco más jóvenes que yo, que escriben en una jerigonza internética: "y sty n l cs", queriendo decir, "ya estoy en la casa""; y es que como me gusta escribir siento como una afrenta al idioma escribir de ese modo. Imagino a Cervantes en su cárcel escribiendo el Quijote a través de mensajes de texto: "N n lgr d l Mnch d cy nmbr n qr crdrm..." Tal vez el Quijote se hubiera leído en tres pantallazos.
Pero decía que no recibo muchos mensajes de texto -y esto no es equivalente a decir que no me gusta recibirlos. Cuando mi celular vibra y suena el pito característico de la entrada de un nuevo mensaje no puedo dejar de emocionarme !un mensaje! !alguien se ha acordado de mí! !alguien me quiere! Claro está que por otra parte tengo la cuasi certeza de que es un mensaje de mi operador ofreciéndome promociones. Pues bien, resulta que el nombre de aquel propagandista secreto es el 5665.
Cuando constato esta triste realidad, a saber, que soy cliente y no amigo, comprador y no objeto de afecto, me desilusiono. Antes me daba rabia, una rabia secreta que a nadie he confesado, pero con el pasar del tiempo y de los mensajes de 5665 le he ido tomando cariño, tanto que he llegado a mirar con desdén un mensaje de texto de una amiga creyendo que era de 5665.
Algunas veces, incluso, he de confesarlo, he respondido el mensaje de 5665, no con un código para entrar a una rifa, ni para recibir más minutos, ni para poder enviar más mensajes de texto por el mismo precio, sino con un cordial "que pases buena tarde 5665" o, "¿Cómo amaneciste hoy?".
Así que este mensaje es para tí querido 5665, que Dios te guarde y Feliz Navidad.
T qr mch,
Sntg.
También es cierto que no soy de la generación que habla por mensajes de texto, entre otras porque es muy demorado escribir como a mi me gusta hacerlo.
Conozco algunas pocas personas un poco más jóvenes que yo, que escriben en una jerigonza internética: "y sty n l cs", queriendo decir, "ya estoy en la casa""; y es que como me gusta escribir siento como una afrenta al idioma escribir de ese modo. Imagino a Cervantes en su cárcel escribiendo el Quijote a través de mensajes de texto: "N n lgr d l Mnch d cy nmbr n qr crdrm..." Tal vez el Quijote se hubiera leído en tres pantallazos.
Pero decía que no recibo muchos mensajes de texto -y esto no es equivalente a decir que no me gusta recibirlos. Cuando mi celular vibra y suena el pito característico de la entrada de un nuevo mensaje no puedo dejar de emocionarme !un mensaje! !alguien se ha acordado de mí! !alguien me quiere! Claro está que por otra parte tengo la cuasi certeza de que es un mensaje de mi operador ofreciéndome promociones. Pues bien, resulta que el nombre de aquel propagandista secreto es el 5665.
Cuando constato esta triste realidad, a saber, que soy cliente y no amigo, comprador y no objeto de afecto, me desilusiono. Antes me daba rabia, una rabia secreta que a nadie he confesado, pero con el pasar del tiempo y de los mensajes de 5665 le he ido tomando cariño, tanto que he llegado a mirar con desdén un mensaje de texto de una amiga creyendo que era de 5665.
Algunas veces, incluso, he de confesarlo, he respondido el mensaje de 5665, no con un código para entrar a una rifa, ni para recibir más minutos, ni para poder enviar más mensajes de texto por el mismo precio, sino con un cordial "que pases buena tarde 5665" o, "¿Cómo amaneciste hoy?".
Así que este mensaje es para tí querido 5665, que Dios te guarde y Feliz Navidad.
T qr mch,
Sntg.
¿Como también es tu amigo?, pensé que yo era el único y me parecía que estaba con aquello del amigo imaginario, me sentía como Calvin y Hobbes…
ResponderEliminarJorge Andrés Rios