martes, 23 de julio de 2013

Los Azules

De todos los gallinazos, los que más le gustaban eran los azules... Y no es que los rojos estuvieran mal porque el rojo es el color del amor y de las comidas rápidas y eso... pero los azules... con ese brillo que les daba el sol y que les sacaba a la fuerza destellos de verde colibrí... Por eso sacaba la carne recién descompuesta de la nevera y se sentaba a alimentarlos, a disfrutar de la gracia de sus saltitos y de sus peleas fingidas al arrebatarse un tendón, un músculo, algún órgano esponjoso...

Lo otro era verlos volar. Pocas aves demuestran mayor suavidad, especialmente los azules, cuando el cielo cambia su habitual morado por el infrecuentísimo azul y solo atinan a aparecer con nubes de fondo, estas sí blancas desde siempre y hasta el fin de los tiempos.

Los azules... los azules.

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