Esta mañana, muy cerca de mi casa
‒a veces no podemos creer que la respuesta a nuestras súplicas se encuentre
literalmente a la vuelta de la esquina‒ encontré mi respuesta:
Escogí la más dulce; nos hemos mirado a los ojos y hemos acordado,
sin dilaciones, cambiar lo más pronto posible nuestro estado civil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente, o es usted poco comentarista?