jueves, 4 de mayo de 2017

DESPERTAR

Mientras la cafetera suelta su chorrito en la jarra la vecina ajusta cuentas pendientes con la ropa.

Santiago se hace millonario de repente y estira el cuerpo arrugado por ocho horas de sueño maltratado.

Espera con paciencia los milagros: el café, el aplauso alar de la paloma, el megáfono que entona la compra de chatarra, el repique de la moto que arrulla a los durmientes rezagados, la salsa que retumba y se mezcla con trinos de pájaro enjaulado (una especie de radio primitivo) y colisiones obligadas en la street del lavaplatos.

Cri crí… canta el pájaro en la jaula; cri crí se queja la alarma del carro; estornuda la flauta y una señora se suena en la cocina.

La rana se despereza ronroneando como un gato, señal de que ya es hora de hacerle el desayuno para que tenga un tránsito amable entre el hambre matutino y su extinción. 

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