jueves, 4 de mayo de 2017

EL NO BARRIO

Nunca fui chico de barrio. Fui chico de loma, chico de las afueras, chico de finca. Sin vecinos, o con vecinos distantes.


Para ir a la tienda había que ir en carro o hacer largas caminatas deportivas.

No había otros chicos de la cuadra porque no había cuadra. Solo una calle estrecha que daba a la loma. 

Había un chico con el que montaba en bicicleta. Era mi amigo. Ese chico vivía también en mi casa. Era mi hermano. 

Tenía otro hermano más grande pero no montaba tanto en bici como nosotros, con nosotros. 


Por eso me sorprendía cuando iba al pueblo y la gente se saludaba.No comprendía cómo en un lugar tan grande, en la calle, dos personas podían conocerse. 

Otras veces iba al centro con mi padre. Me daba un poco de miedo pero iba con él. Me impresionaba el ruido, tanta gente, los indigentes (todavía me impresionan lo indigentes) 

Mis amigos eran los amigos del colegio. Ese era mi barrio, aunque no era un barrio muy libre. Estaba cerrado y uno no podía salirse. o bueno, después de cierta edad podía salirse a la hora del almuerzo, ir a la tienda de la esquina, la de Hugo, hincha furibundo del Medellín. Yo no era hincha. Mi padre no fue hincha, mis hermanos no eran hinchas. 

No barrio
No cuadra
No tienda
No hinchas.

En donde Hugo tomábamos gaseosa, chitos, papitas, rosquitas, cosas de esas. Después tomamos cerveza.

Aprendí a tomar cerveza en barrios que no eran el mío. 

Iba también a los barrios en donde vivían mis amigos. 
Al poblado. 
Subíamos y bajábamos por la nueve, por la diez, por la diez A en busca de amigas. 

Nacho era al que más fácil le quedaba hacer amigas. Tenía un encanto para ellas. Yo no diría que fuera bonito, pero había algo en su forma de ser que le gustaba a las mujeres. Yo le tenía esa envidia benigna que se tiene a los amigos.

Más grande conocí Carlos E. Me parecía maravilloso que tuviera una biblioteca. La biblioteca se convirtió en una especie de refugio, pero quiero pasar de largo por esos días.  

Me fui de la casa. viví en Belén, después en la Villa. Paseaba a mi hija en su coche por la Villa. Iba de vez en cuando al parque para tomarme una cerveza.

Después volví a la misma loma en que nací. 

Tampoco era un barrio. Era un "unidad cerrada" y en verdad que era cerrada. En cierto sentido nunca me dejaron entrar. La vecina odiaba nuestra basura, la que no se podía tirar por el "chut" y la pateaba. Nos dolía que pateara nuestra basura. 

Yo no sabía muy bien cómo era tener vecinos. Al estar tan pegados,creo que los vecinos hacemos lo posible por distanciarnos.

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