Me gusta buscar el alma y en el alma.
Soy un fan del alma.
Cuando me la encuentro
me salen poemas,
cuentos,
chistes.
Otras veces silencio…
Buscándola a veces me topo con Dios
Que me habla con su absoluta elocuencia silenciosa.
Y hasta con palabras humanas.
Otras veces aparece el diablo:
que habla mucho y hace ruido
–Le he recomendado visitar un psicólogo–.
Otras veces son los ángeles
me muestran las 11:11
no sé qué me quieren decir
pero igual agradezco.
Otras veces me encuentro el alma oyendo música:
Me saca a bailar y yo me dejo.
Y bailamos canciones que se supone no son bailables.
Pero se supone mal.
Todas las canciones son bailables.
También toco la flauta y la guitarra cuando nadie me está mirando.
Algunas veces cuando me miran ojos niños.
Otras veces me sorprende el alma en forma animal
Y me estremezco con la lagartija, el cucarrón, el pato…
Hablo con el alma también por teléfono
y río y converso.
–Soy un converso de la conversa–.
(Cuando se conversa cualquiera es un amigo de siempre).
Me subo y me banjo.
Me lleno y me vacio.
Dos ojos amarillos me miran desde la cacerola.
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