jueves, 4 de mayo de 2017

SOLO YO

Flaquita, con frenos y trenza larga sobre el hombro izquierdo. Es amable con los clientes; a lo mejor, porque está nueva, no ha asimilado la antipatía y un –sano, según el gerente– grado de negligencia, valores corporativos del negocio.

Pero la nueva, mona, flaca, de frenos y trenza es algo más; solo yo me doy cuenta por la discreta pero brillante hebilla dorada de sus zapatos que es una princesa condenada por el hechizo de un malvado gerente que la tiene amarrada con una cadena de papel moneda.

Solo yo me doy cuenta, solo yo, que soy un príncipe que finge ser un vendedor ambulante de cursos de inglés. 

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