La esposa del mecánico siembra una
balinera en la trastienda del taller y la riega todos los días juiciosamente
con aceite de transmisión. La dedicación rinde sus frutos porque a los seis
meses brota, acerado y brillante, un árbol de levas. En la navidad los hijos buscan
y recogen tuercas, tornillos y arandelas que cuelgan del árbol con la
remachadora y en las noches tañen campanas de freno mientras rezan un manual de
operación intercalado con un sentido villancico: “ponle el tornillo a la
máquina”…
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