Una maestra la vio y le preguntó si eso era lo que quería
ser…
En la buseta decía que el que disfraza a un niño está
adorando al rey de las tinieblas, Satanás.
El psicólogo la vio y pensó que estaba integrando a la
personalidad la representación de fuerzas psíquicas.
El papá la vio y casi se derrite al ver a su niña hermosa
disfrazada de monstruo.
Ella simplemente dijo, quiero ese disfraz, y se lo puso.
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