miércoles, 22 de junio de 2011

EL ---- QUE CANTA

No se si habéis tenido la experiencia de trabajar en una oficina en donde hay varios homo ¿sapiens? y depronto uno de ellos, en mi caso una tía, que tiene unos audífonos se pone a cantar?

Es una de las experiencias más enervantes que conozco. Y tiene sus agravantes:

1. La persona no es muy consciente de que está cantando y balbucea unos tonos casi siempre, por lo general, terriblemente desafinados.

2. La persona (o victimaria) no sabe cantar, y fuera de que balbucea intermitentemente ciertos gemidos que no llegan a ser palabras no llega a alcanzar una coherencia armónica.

3. "Canta" un género musical que a uno no le gusta o que detesta.

Esta experiencia tiene un carácter particular y es que uno, o por lo menos yo, no me atrevo a decirle a una persona desconocida que deje de torturar a los demás con lo que ella cree que es un canto. Pero es más particular que cuando se queda callada uno espera a que vuelva a rebuznar para morirse nuevamente de la rabia. Y es que en el intervalo silencio - cacofonía uno alberga la esperanza de que finalmente va a quedarse callada porque se ha cansado, nunca porque vaya a ser consciente del mal que hace a la humanidad y a la comunidad laboral.

lunes, 20 de junio de 2011

Tal vez es la falta de miedos reales lo que nos tiene aterrados con tantos miedos imaginarios