viernes, 28 de septiembre de 2018

IN THE MALL

La gente es también una especie de paisaje.

El ruido es doloroso. Los operarios de la empresa de sonido golpean, para desarmarlo, un altísimo marco metálico que se usa para sostener luces, bafles y adornos. Después llevan las piezas –parecen grandes escaleras–, a un camión. Todo hombre enfrentado a un objeto que lo supera en tamaño parece un enano.
Un tipo con dos cachorros de raza pequeña entra a la plazoleta. Uno de los fornidos operarios de la empresa de sonido, al verlos, se enternece: los acaricia, pregunta cómo se llaman, de qué raza son, cuenta que él también tiene una perrita.  
Un observatorio de gente. El centro comercial es también un observatorio.
El centro comercial alberga un gimnasio de una franquicia reconocida; por eso desfilan hombres y mujeres en lycra, tenis y camiseta que van o vienen al o del gimnasio… 
Un viejito encorvado se pierde en las fauces de la escalera eléctrica.
Una jovencita sube detrás del viejito multiplicando su velocidad sobre los escalones en movimiento.
Una niña de vestido naranja habla para sí misma, para el aire. Su papá, que viene unos pasos adelante, se detiene para que ella lo alcance. Algo le dice.