miércoles, 23 de diciembre de 2009

CIGARRILLOS ELECTRÓNICOS Y SEGUIDORES



Mi nombre es fulano de tal, hijo de sutano de tal y de doña mengana de de tal y soy un adicto a la nicotina -hasta el momento-. En el momento no quiero fumar por razones de salud física y mental y he dado con los cigarrillos electrónicos.

Para quienes no estén enterados el cigarrillo electrónico es un aparato que se parece bastante a un cigarrillo convencional de tabaco, al menos en apariencia, ya que, por ejemplo en cuestión de peso, puede aventajar a su amigo tradicional en unas diez o cincuenta veces. Esto hace que, mientras uno puede, por ejemplo, sostener el cigarrillo convencional en los labios mientras se afeita o está siendo sometido a una cirugía de hombro, sea casi imposible sostener el cigarrillo electrónico con ambas manos apoyadas sobre una superficie firme. Recomiendan los fabricantes que al principio uno solicite la ayuda de un amigo (o del público) para sostener el cigarrillo, mientras adquiere el hábito... de alzar pesas para poder sostener el simpático cigarrillo de pilas.

Y es que el cigarrillo tiene pilas !caramba! que ingeniosidad. Es que lograr meterle pilas a un cigarrillo! Y es que paulatinamente nos acostumbramos a que las cosas fueran teniendo pilas: los relojes, las máquinas de afeitar, los juguetes... pero meterle pilas a un cigarrillo...!!. No es de extrañar que en breve, sea posible utilizar el pan tostado con pilas (qué se yo, para que se mastique él mismo) o el jabón con pilas (!voto por ese!), en fin, lo de las pilas queda a vuestra imaginación.

Yo he pensado que la teconología es maravillosa y debo reconocer seriamente que el cigarro electrónico ha cumplido su función de maravilla, dándome una dosis justa de nicotina sin tener que fumar un cigarrillo de tabaco con sus trescientos sesenta mil componentes químicos. Yo estoy positivamente impresionado con la idea y con el artefacto, y soy capaz, descendiente de nostradamus, de visionar los alcances de las cosas electrónicas. Las posibilidades son ilimitadas. Imagine usted por ejemplo el trago electrónico: un vasito, con pilas..., y el resto se lo dejo a los fabricantes. La cosa es que sea electrónico y que tenga pilas. Cómo van a hacer para que la gente se emborrache con una pila doble A, es cuestión que no debe presentar muchas dificultades a los inventores de hoy en día. De ahí en adelante, piense usted en el tinto electrónico, en las drogas electrónicas, y pasando a cosas más inocuas, la leche electrónica (quizá se consiga ordeñando una vaca electrónica)... y no quiero abusar más de vuestra imaginación ni de la mía.

Otro aspecto que quiero traer a colación y que espero que pase por el colador, es el del sabor del cigarrillo electrónico. Para bien o para mal, el cigarrillo electrónico -que de ahora en adelante llamaremos, para abreviar, el cigarrillo electronic-, no sabe a lo mismo que el cigarrillo tradicional, ya que solo tiene nicotina y un "saborizante" o tal vez podríamos decir un "maluquizante". Se trata de un sabor parecido al olor (suena raro pero así es) que despide un alambre recubierto o "alambre de amarrar" cuando tiene la desgracia de padecer un corto circuito. Cuando su estufa electrica entra en corto... ese es el olor-sabor del cigarrillo electronic.

A este respecto muchos podrán argumentar la similitud de los olores antedichos para desprestigiar al cigarrillo electronic, pero -me lo advirtió el vendedor- uno termina por acostumbrarse, de la misma forma en que fue capaz de acostumbrarse al olor y sabor del cigarrillo de tabaco. En apoyo a esta aguda observación he de mencionar el caso de un primo mío, habituado, y además adicto al cigarrillo electrónico, que cuando siente un corto circuito en su casa invita a otros cuatro amigos, también consumidores, a charlar en el lugar del corto. Con esto, dicen, ahorran un poco de pila, para momentos de más urgencia o necesidad y además disfrutan de una fuma electrónica en comunidad, a la que nunca podrá igualar aquella otra individual, solipsista y de algún modo proscrita.

Para finalizar, porque las ideas se me han acabado, quisiera invitar a mis amigos fumadores a probar el cigarrillo electrónico y a acordarse de mi cuando haya accidentes electricos en sus casas.

1 comentario:

  1. Bueno, supongo que la idea de tu blog es ser así, muy divertido.

    Solo para comentar que hay mas de 40 sabores que se pueden usar en un cigarrillo electrónico, así que si uno te parece raro o que sabe mal, pues aún puedes probar muchos otros.

    Ese sabor y olor a quemado que comentas no es normal y suele ser causado por usarlo sin suficiente líquido.

    Llevo 20 meses usando los cigarrillos eletrónicos y mi sabor preferido no es uno que sepa a humo, solo después de ya no fumar se puede uno dar cuenta de lo horrible que saben los cigarros reales.

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